
VIRTÚ VINCE FORTUNA.
VIRTÚ VINCE FORTUNA
El título anterior era una de las principales proposiciones del humanismo floreciente a lo largo del siglo XV. Según este enunciado y por supuesto según los esquemas de esa nueva era que se abrió paso tras el medievo, el hombre es el centro de todo y su camino lo construye él mismo sin necesidad de ponerse en manos de fuerzas extranaturales como la fortuna, la religión u otras.
A su vez es interesante recordar como el humanismo bebía de los grandes clásicos griegos, que como todos sabemos tenían gran predilección e incluso rendían culto a aquellos hombres que en la política, en su vida personal e igualmente en el rendimiento de las Olimpiadas demostraban el mayor potencial de sus virtudes.
Desde esos griegos, y hasta ahora, se han promulgado entre los que nos sentimos cercanos a las tesis humanistas cuatro virtudes como las fundamentales en una persona para ser consideradas líderes en los diversos ámbitos donde se desarrollan.
Platón las enuncia en la República como:
- Justicia: Conocerse a sí mismo. Solo si se tiene ella se pueden conseguir las otras tres, y cuando alguien posee las cuatro es la justicia las que las mantiene unidas.
- Fortaleza: Surge del trato y ejercicio de las emociones o el espíritu.
- Prudencia: Viene del ejercicio de la razón
- Templanza: Proviene de cuando las anteriores son capaces de moderar los deseos.
Estas cuatro virtudes formaban al ciudadano relevante, útil y perfecto, el Hombre Excelente.
Quienes mejor que los griegos, cuna del deporte antiguo, para guiarnos en la búsqueda del éxito y posteriormente la excelencia en el desarrollo y el rendimiento deportivo a nivel individual y de equipos.
Cultivar y potenciar las cuatro virtudes fundamentales nos lleva a conocernos mejor, saber de nuestro talento y aceptarnos (justicia), liderar nuestras vidas en función de nuestros valores y nuestras emociones (fortaleza), utilizar la razón para tomar consciencia de donde estamos (prudencia) y caminar firmemente hacia nuestros objetivos en equilibrio y disfrute del momento (templanza).
Teniendo en cuenta estos cuatro elementos y desarrollándolos con las técnicas y herramientas que el coaching deportivo nos proporciona, el deportista y los equipos podrán avanzar paralela y vitalmente en un buen desarrollo deportivo y humano, consiguiendo tener ese equilibrio que lleve a ser mejores personas y a hacer mejor a los que conviven con nosotros.
La virtud siempre vence a la fortuna en la búsqueda de la excelencia …….