
¿AMBICIÓN O EXIGENCIA?
Tanto ambición como exigencia son expresiones que llevan un tiempo de moda en el vocabulario deportivo general. Al confundirse como sinónimos tratan de dar a entender cuando a un deportista o equipo se le pide que logre resultados por encima de lo que actualmente está consiguiendo en vistas a un crecimiento singular y continúo en el tiempo.
Sin embargo y de partida es la RAE la que las define de forma distinta, ya que Ambición es el deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr, y Exigencia es el requerimiento o necesidad forzosa para realizar una acción. Como podemos comprobar Ambición habla de futuro y Exigencia habla de presente.
Bajo mi punto de vista y experiencia con deportistas es determinante saber de antemano esta diferenciación para utilizarlas en nuestra comunicación eficiente en el ámbito deportivo, y permitirnos a su vez llevarlas ambas de la mano. La ambición la debemos utilizar para definir objetivos deseados y porqué no soñados, con la intención de tenerlos como retos importantes que incluso independientemente de su consecución o no hagan crecer al deportista, equipo o club en cuestión, puesto que si se trabaja concienzudamente para ello dicho crecimiento es inevitable.
La exigencia la tratamos en el presente, en el día a día, una vez tengamos definidos esos objetivos ambiciosos, puesto que haciendo un ejercicio de toma de conciencia actual y reconociendo la realidad que tenemos podemos construir un plan de acción basado en el aprendizaje y en submetas que nos vayan poco a poco dirigiendo a esa meta final.
Es por tanto que la exigencia bebe de la ambición en cuanto a que es esta última la que determina el nivel de exigencia que debemos tener en cada entrenamiento o competición para crecer en base al objetivo a conseguir.
Pensemos en el ejemplo de que un tenista del nivel de Rafa Nadal o Roger Federer se pusiera como objetivo en el año quedar entre los 50 primeros en el ranking ATP. Evidentemente no es un reto ambicioso en una temporada normal de estos dos cracks del tenis, y si no es un reto ambicioso ¿qué nivel de exigencia tienen en cada entrenamiento o competición? Si prácticamente el objetivo lo tienen conseguido simplemente con el talento innato de cada uno. Ellos necesitan cada año marcar un objetivo ambicioso en cuanto a grandes slams, clasificación ATP u otros, puesto que es lo que les ayuda a mantener la máxima exigencia en el día a día.
La conclusión a la que llego e intento difundir entre los deportistas con los que trabajo es que el objetivo es de lo más importante en el diseño de cada temporada. Tener objetivos ambiciosos y realistas que les exijan dar el máximo en cada entrenamiento y mejorar resultados para avanzar en su desarrollo profesional. Todo ello acompañado de un profundo análisis de la realidad actual, las herramientas con las que cuenta y sobre todo de las dosis necesarias de confianza, motivación y fluencia les llevará a crecer y disfrutar deportiva y personalmente de ese crecimiento.