
CUANDO DEJE DE SER NOTICIA
La celebración de unos Juegos Olímpicos siempre traen consigo cantidades ingentes de noticias, tanto desde dentro de cada una de las disciplinas como desde fuera de las mismas. No obstante son estas últimas las que en multitud de ocasiones eclipsan desde el punto de vista mediático a la verdadera esencia del deporte olímpico como es el esfuerzo, la dedicación, el crecimiento, la mentalidad ganadora, la solidaridad con el oponente, y tantas otras mas.
Al final no son mas que un reflejo de nuestra sociedad actual, donde tenemos que presenciar como algún deportista es mas noticia por sus «amoríos» que por cuantas horas entrena diariamente, por donde gasta el dinero en vacaciones que por el esfuerzo que le costó llegar a la élite, por su acercamiento a algún partido político que por los valores que transmite a los deportistas que están empezando a labrar su sueño.
Pero hay esperanza, claro que sí, gracias a medios que dan a conocer noticias que abren al mundo el interior de los deportistas hablando de sus sueños de pequeños, de sus miedos, de las frustraciones, de los peajes que tuvieron que salvar para llegar a sus objetivos y de toda la motivación que les empujó a conseguir el máximo rendimiento. Estamos en un momento único, ya que desde la sociedad estamos empezando a comprender y saber que hay detrás de la carrera de estos grandes deportistas, están cambiando así nuestras creencias sobre la exigencia que ponemos en nuestros deportistas en cuanto a sentarnos delante del televisor y pedirles que ganen si o si y criticar sus actuaciones.
En los prolegómenos de estas Olimpiadas han sido noticia entre otros , dos extraordinarios deportistas estadounidenses que declararon abiertamente ser gays. Ambos se han convertido en referente para millones de atletas que todavía luchan contra la discriminación que manda dentro de ámbitos de alto rendimiento y que suele llevar a las personas a mantener oculta su orientación sexual.
En octubre de 2015, Kenworthy se declaró gay en una entrevista que otorgó a la revista ESPN, medio que reconoció haber elegido para poder hacerlo en sus propios términos y «ayudar a niños que se encontraban en una situación similar a la suya». Desde su adolescencia se refugiaba en el deporte para escapar a sus demonios. «Me exigía más que cualquier otro para compensar por esto que lo que yo sentía estaba mal conmigo», dijo. Sus compañeros alardeaban sus conquistas femeninas y solían utilizar términos como «marica» y «gay» como algo peyorativo. «Cuando se utiliza ese tipo de lenguaje, lo único que genera es que te metas todavía más dentro del clóset».
Este tipo de NOTICIAS DEJARÁN DE SERLO algún día, aún son portada en muchos foros sensacionalistas, si entre todos los que amamos el deporte ponemos de nuestra parte para que nuestros hijos se empapen de valores que tienen que ver con el primer párrafo de este texto: esfuerzo, dedicación, mentalidad ganadora o solidaridad, independientemente de su orientación sexual, su vinculación política, el lugar que elija de vacaciones o el éxito de sus relaciones de pareja. Como Adam Rippon dice «Ser gay no es algo que me defina. Lo que me define es lo que mi madre me enseñó: a tratar a todos con respeto, a ser siempre muy trabajador».
De esta forma conseguiremos que la NOTICIA SEA que los deportistas hayan logrado llevar adelante de forma alineada su crecimiento deportivo y también su crecimiento personal en cuanto a las ideas preconcebidas del exterior. Tenemos que trabajar entre todos para que ese objetivo esté mas cercano y de esa forma dar ese valor añadido de paz y tranquilidad en su desarrollo a nuestros pequeños deportistas.
Gus Kenworthy: Es fantástico estar en los Juegos y haber conseguido expresarme. Ser uno mismo sienta genial. Creo que eso es lo más importante del mundo para cualquiera. Ser auténtico y honesto