
DEPORTISTA ESPAÑOL ¿LISTO O VIVO?
DEPORTISTA ESPAÑOL
Recuerdo gratamente una conversación con un reconocido personaje de mi pueblo en el que me explicó que es para él una persona lista y otra viva. Venía a decir con una simpática forma de explicarlo, que una persona lista es aquella que se prepara, estudia, aprende y es un referente o especialista en una o varias materias. En cuanto a una persona viva indicaba que es aquella que en la calle, en las relaciones sociales y en las circunstancias del día a día sabía moverse con rapidez, inteligencia y solvencia.
Por otro lado veo y escucho asiduamente en televisión y radio, sobre todo a políticos, utilizar a otros países como ejemplo donde los españoles debemos mirar para mejorar nuestras prestaciones o alcanzar objetivos. Como si los españoles no tuviésemos las capacidades, el talento o la inteligencia necesaria para llegar donde queramos desarrollando aquello que nos diferencia de los demás, precisamente nuestra viveza.
En estas dos últimas semanas se han realizado en diversos países del viejo continente varios campeonatos europeos, dejamos a un lado el enorme éxito como campeona mundial de Carolina Marín, con alta participación y éxito de nuestros deportistas. Echando un vistazo por encima observamos que comparándonos con otros competidores de países distintos no somos más altos ni más fuertes.
Nuestro éxito proviene de un enorme trabajo técnico y físico desde inicios de siglo, con unos profesionales que entrenan concienzudamente con las mejores herramientas puestas a su disposición. Tenemos unos entrenadores de primera élite mundial que junto al entusiasmo, la motivación y la determinación de los deportistas están llevando a nuestro deporte a instalarse en la excelencia en cualquiera de ellos. Estos entrenadores estudian y aplican todas las técnicas que la ciencia está aportando en los últimos años. A esto hay que añadir la apertura de una sociedad, la española, que se ha abierto definitivamente al seguimiento incluso la práctica de todo tipo de actividad deportiva más allá de los deportes tradicionales.
Lo anterior nos indica que nuestro deporte está por fin, junto al resto de países, a la vanguardia en cuanto al estudio, la preparación exhaustiva, la puesta en marcha, la medición con la gestión de los datos y todo aquello que mínimamente pueda influir en el rendimiento del deportista a nivel individual y de equipos.
Sin embargo y como continuación de todo este trabajo, el momento de apogeo en nuestro deporte se está alcanzando con la introducción del entrenamiento mental como una parte igual de importante que el físico o el técnico. Ahí es donde tenemos una diferenciación enorme con el resto de países, aplicando en positivo nuestro desparpajo, nuestra intuición, nuestra resiliencia, nuestra sabiduría interior y nuestro talento.
Nuestra biología y nuestra cultura nos hace ser “vivos” en el desempeño, solo nos hace falta entrenamiento para sacar esa viveza a la luz.
Estamos por tanto en un punto álgido al que hemos llegado a través de “la listeza” y desarrollando “nuestra viveza”. Ahí es donde tienen certeza estas palabras de la conversación al principio señalada, ser listos, vivos o los dos a la vez.
Como se acuñó en el balonmano desde hace poco y que sirve como referencia para todos los deportes: